miércoles, 5 de noviembre de 2014

Internet de las cosas

Internet de las cosas

   Si en el anterior post hablaba de wearables, hoy voy a hacerlo de un tema relacionado como es el Internet de las cosas. Y digo relacionado porque a veces es confusa la frontera entre ambos ya que los wearables también podrían considerarse cosas conectadas.


   Mientras he preparado este post ha habido una frase que he encontrado en distintos sitios y que me ha llamado la atención. Y es que si con la llegada de Internet asistimos a la era de la primera Revolución digital, el Internet de las cosas supondrá la segunda Revolución Digital, con el consecuente impacto socioeconómico que ello va a suponer.
Según las predicciones, en el año 2020 podría haber cerca de 50.000 millones de dispositivos electrónicos conectados a Internet que podrían generar un volumen de negocio de 10 billones de dólares.
Cobra sentido pues la frase de Hans Vestberg (President and CEO Ericsson) quien dice que "si una persona se conecta a Internet le cambia la vida, pero si son los objetos los que se conectan es el mundo el que cambia".

Pero ¿Qués el Internet de las cosas?


   El concepto Internet de las cosas (IoT) nace en el Instituto de Tecnología de Massachusetts en el año 1999 y fue propuesto por Kevin Ashton en el marco del Auto-ID Center donde se llevaban a cabo investigaciones en el campo de la identificación por radiofrecuencia y tecnología de sensores.
Según el Grupo de soluciones empresariales basadas en Internet (IBSG, Internet Business Solutions Group) de Cisco, Internet de las cosas es sencillamente el punto en el tiempo en el que se conectan a Internet más “cosas u objetos” que personas.
   Otra definición de Internet de las cosas  sería la que considera el Internet de las cosas como un concepto que define la red global de información y comunicación en donde todos los objetos que nos rodean independientemente de su naturaleza, tamaño y geometría, se encuentra identificados y conectados permanentemente a Internet, permitiendo la captura, almacenamiento y gestión de toda la información emitida por dichos objetos, con la finalidad de automatizar actividades y procesos diarios en nuestra vida cotidiana, así como analizar todos los datos generados aportándonos información útil que nos ayude a la correcta toma de decisiones frente las situaciones que se nos presentan diariamente.

   En mi opinión, cualquier cosa por sí misma no tiene significado o valor hasta que nosotros la dotamos de ello, y para cada uno de nosotros esas características pueden variar en relación a los atributos que nosotros le hayamos asignado, un simple cuaderno puede tener connotaciones diferentes para dependiendo de la utilidad que le demos, o de la carga emocional, si es un regalo, por ejemplo.      Así pues, cuando dotamos a las cosas de una conexión a Internet y la tecnología suficiente para poder interactuar con ellas mediante la recepción y emisión de información, esas mismas cosas adquieren un valor añadido y una funcionalidad diferente para las que en un principio han sido creadas. La nevera con conexión a Internet que nos informa de los productos que necesitamos reponer e incluso envía la petición de compra a nuestro supermercado, deja de ser un simple refrigerador de alimentos para convertirse en un asistente en nuestra cocina que mantiene nuestros alimentos a la temperatura adecuada y nos ayuda en la tarea de la logística en el hogar despreocupandonos de tareas como elaborar la lista de la compra e incluso ir a la compra.
   En la era del Internet de las cosas todos los objetos son susceptibles de ser conectados y de ser fuentes y receptores de información. Pensemos en lo que ello supone no sólo en el ámbito de nuestros objetos cotidianos, que sin duda es el que más impacto provoca por lo que de imagen futurista tiene, sino en todos los aspectos que rodean nuestras vidas, medicina, ciudades, industria, agricultura o ganadería….Todo un universo de cosas conectadas e identificadas, donde se podría conocer en el momento y con exactitud qué se compra o consume, por ejemplo. O donde la utilización de los recursos sería mucho más eficiente.
Internet de las cosas

Algunas cosas del Internet de las cosas


   La oveja Dolly de este Internet de las cosas nace en 1990 y fue una tostadora. Jhon Romkey y Simon Hacket desarrollaron el primer objeto con conexión a Internet. Fue una tostadora inteligente controlable x remoto desde cualquier ordenador. A partir de entonces son múltiples los objetos inteligentes y conectados que han ido surgiendo y que a día de hoy siguen provocando nuestra fascinación, como si de objetos de ciencia ficción se tratasen.
   Así, ya contamos con electrodomésticos inteligentes, no sólo lavadoras o frigoríficos, también cafeteras que se controlan desde el Smartphone; equipajes inteligentes e incluso la posibilidad de monitorizar nuestra casa desde nos encontremos y controlar luces, temperatura o cerraduras..
   También existen dispositivos como los del programa Thinking Things de Telefónica. Plataforma desde la que ofrecen los elementos necesarios para hacer que las cosas dejen de ser simples cosas y pasen al universo del Internet de las cosas.

Posibles contratiempos



   Sin embargo, en este mundo de ciencia ficción que se nos viene encima también hay dificultades. Una de ellas, como es evidente, es el tema de la seguridad, en todo universo que se precie hay malos que se aprovechan de la vulnerabilidad o de la ingente cantidad de datos en circulación, como puede ser en este caso.
   También la energía que alimenta estos dispositivos es una barrera complicada. Sin embargo, la solución podría estar en dispositivos llamados nanogeneradores, sensores con capacidad de generar electricidad a partir de factores medioambientales como vibraciones, luz o corrientes de aire.
Y si cada uno de estos objetos debe estar identificado, es necesario desarrollar protocolos IPv capaces de darles identificación.

Finalmente.....


   Aunque a día de hoy los avances son bastantes significativos en este campo no creo que podamos hablar de Internet de las cosas hasta que no forme parte de la cotidianeidad de la mayoría de la población y será entonces cuando no sólo hablaremos del Internet de las Cosas sino de una nueva concepción de casas, ciudades, e incluso puede que de un nuevo sistema de vida.
Internet de las cosas


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